
Introducción
La autoestima de las mujeres siempre ha sido un tema central en la construcción de la identidad de las mujeres. Durante siglos, se nos ha enseñado que tenemos que encajar en moldes absurdos: ser flacas, tener un cutis perfecto, vestir “adecuadamente” según el cuerpo o la edad. Pero… ¿quién define esas reglas? ¿Por qué tenemos que dar explicaciones de nuestro cuerpo o nuestra forma de ser? Hoy más que nunca, necesitamos romper con esos patrones y abrazar la diversidad como un valor irrenunciable.
Desmontando los Estereotipos: ¿Quién Dijo Que Tenemos Que Ser Perfectas?
Los estándares de belleza son tan cambiantes como subjetivos. Lo que ayer se consideraba “perfecto” hoy es criticado. Las mujeres gordas o delgadas, con celulitis, lunares, pecas o acné, hemos sido etiquetadas como “aptas” o “no aptas” para ciertos looks, ciertas actitudes y hasta ciertas ambiciones.
¡Basta de eso! No tenemos que encajar en ninguna regla que no hayamos elegido.
La Autoestima no es una talla

La autoestima no es un número en la balanza. Ni un porcentaje de grasa. Ni la cantidad de likes que tengas en Instagram.
es el valor que nos damos a nosotras mismas. Es mirarte al espejo y sentirte cómoda con lo que ves, más allá de los cánones impuestos.
Una mujer con autoestima no pide permiso para ser ella misma. Ni explica por qué lleva puesta una prenda que, según la moda, es “para flacas” o “para las que tienen cuerpo”. Porque la ropa es para cubrirnos, pero también para expresar quiénes somos.
La ropa no tiene género ni cuerpo
Muchas veces escuchamos: “Eso no te queda bien”. ¿Y quién lo dice?
Las prendas no fueron hechas para cuerpos perfectos. Fueron hechas para cuerpos reales.
Si querés usar un crop top siendo gorda, ¡hacelo!
Si querés maquillarte y brillar, aunque tengas granitos, ¡adelante!
Las prendas, los peinados, el maquillaje: son herramientas de expresión, no filtros de aceptación social
Inclusión y Empatía: Claves Para Reconstruir Nuestra Autoestima

La inclusión no es una moda. Es una necesidad.
Cuando hablamos de autoestima femenina, no podemos dejar afuera la importancia de ser incluyentes y empáticos.
La inclusión significa entender que no existe un solo tipo de mujer. Somos diversas: mujeres trans, lesbianas, mujeres con discapacidades, mujeres racializadas… Todas con derecho a sentirse bellas y seguras, sin pedir permiso.
¿Cómo construimos inclusión real?
- Dejando de lado los comentarios que refuerzan estereotipos.
- No opinando sobre cuerpos ajenos.
- Celebrando la diversidad en nuestras redes, en nuestros círculos y en nosotras mismas.
- Educándonos para ver la belleza en lo distinto.
Testimonio de una voz real: Mi cuerpo, mi decisión

“Soy gorda. No siempre lo fui. Pero tengo 40 años, y soy esta. Y me amo. Claro que a veces me gustaría estar más flaca, ¡cómo no! Pero eso no me modifica la vida. Lo que sí me afecta es cuando la gente me pregunta si no me da vergüenza usar calzas o remeras escotadas. O cuando me dicen: ‘tenés una re autoestima, yo no me animaría’.
¿Por qué tendría que dar explicaciones? Mi cuerpo no necesita permisos. La ropa que uso la elijo yo, porque me hace sentir bien, porque me gusta, porque es mía. No me visto para ser aprobada.
Esos comentarios disfrazados de elogios solo son otra forma de juzgar, de ponerme en un lugar que no me corresponde: el de la vergüenza. Pero yo elijo no vivir ahí. Elijo quererme como soy, aunque no encaje en ningún molde. Porque mi valor no está en la talla de mis pantalones, sino en la fuerza con la que camino cada día.”
Desaprender lo malo: el camino hacia una autoestima sana
Nacimos libres. Pero aprendimos a odiarnos.
Nos enseñaron que había que depilarse para ser “limpias”, tapar granitos para ser “bonitas”, adelgazar para ser “deseadas”.
Hoy, tenemos la oportunidad de desaprender.
De soltar esas ideas que solo sirven para llenarnos de culpas y vaciarnos de amor propio.
El papel de los medios y las redes
La cultura pop y las redes sociales son armas de doble filo.
Pueden ser plataformas para mostrar realidades más inclusivas, o pueden reforzar la idea de que solo hay un tipo de mujer aceptable.
Es nuestra responsabilidad elegir bien qué consumimos y qué compartimos.
Mostrar celulitis, compartir fotos sin retoques, visibilizar mujeres diversas: todo ayuda a cambiar el relato.
Empatía y amor: la base de la autoestima
La empatía no es solo entender al otro.
Es también tratarnos con amor a nosotras mismas.
Es aceptar que nuestros cuerpos son cambiantes, que no siempre vamos a encajar, y que está perfecto así.
Es perdonarnos cuando no nos sentimos “lindas” y seguir adelante sin culpas.
Lo que no se ve, también importa
La autoestima no está solo en la piel.
Está en nuestras historias, nuestras luchas, nuestras pasiones.
Lo que no se ve en las redes, pero que nos define como personas.
El amor propio es un viaje, no una meta final.

Conclusión: Todas Valemos, Todas Somos Parte
La autoestima es un derecho, no un privilegio.
Ser gorda, flaca, con celulitis, con estrías, con granitos, con peinados locos o sin maquillaje… ¡No tenemos que dar explicaciones a nadie!
La belleza está en la diversidad y en la autenticidad.
Es hora de derribar la tiranía de los cuerpos “perfectos” y de los estándares que nos quieren a todas iguales.
La verdadera inclusión comienza por nosotras mismas: aceptándonos, valorándonos y apoyándonos entre todas.
Y no olvidemos algo fundamental: la diversidad no solo está en los cuerpos, sino también en las identidades y en las formas de amar. Las mujeres trans, las lesbianas, las no binarias y toda la comunidad LGBT+ también merecen el respeto y el amor que tantas veces se nos ha negado.
La autoestima, el amor y la inclusión son para todas. Porque somos parte de lo bueno. Y porque juntas, podemos desaprender lo malo y construir un mundo más justo y amoroso.
